Ya no más Matildas

El día 11 de febrero tiene lugar la conmemoración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Desde hace ya unos años las redes sociales se inundan con el hashtag #NoMoreMatildas para recordarnos que, al igual que en casi todos los ámbitos, las mujeres hemos sido invisibles cuando hemos logrado avances,  generado grandes teorías o marcado hitos en Ciencia.

Las profesiones científicas han sido tradicionalmente masculinizadas y aquellas mujeres que se hicieron un hueco quedaron eclipsadas por sus compañeros hombres. El logro de una mujer científica tenía siempre que ver con el entorno masculino que la rodeaba. Así se perdía y cuestionaba, algo que sigue ocurriendo muchas veces, el valor y la importancia del trabajo de las mujeres científicas en favor de sus colegas masculinos. Para decirlo más claramente, si una mujer conseguía algo, era porque había un hombre o un equipo de hombres detrás que le habían facilitado el hallazgo. Por si mismas las mujeres no éramos capaces de inventar, de crear, de patentar…

En el año 2021 surge el movimiento “No More Matildas”, después de analizar la situación de las mujeres en la Ciencia y observar que el número de profesionales femeninas no avanzaba o llegaba a disminuir significativamente. Según las creadoras del movimiento esto era el resultado de la falta de referentes femeninos en estos ámbitos lo cual, a su vez, tenía que ver con la tradicional invisibilización de las mujeres en el ámbito científico durante siglos. La denominación del movimiento hace referencia a Matilda Joslyng Gage, científica y la primera activista en denunciar las injusticias a las que se veían sometidas las mujeres en Ciencia a finales del siglo XIX, siempre a la sombra de los hombres de los que ella misma también era colega de profesión.

Gage escribió varios artículos de prensa relativos a este tema  y en su ensayo “Woman as an Inventor” (Mujeres Inventoras) describe que “aunque la educación científica le fue negada a la mujer enormemente, algunos de los inventos más importantes del mundo se deben a ella”. Apunta igualmente que “ la proporción de inventores femeninos (con patentes) es mucho menor que la de masculinos, lo que se debe al hecho de que la mujer no posee la misma de libertad que el hombre”. De hecho la propia Matilda  Joslyng Gage fue víctima de esta invisibilización y no fue reconocida por la historia debido a las actitudes que contra su trabajo desarrollaron sus colegas masculinos.

Pero es que la historia está vacía de mujeres. Se narran los logros de jefes, reyes, guerreros, científicos, emperadores, inventores, deportistas…pero ¿y nosotras?

Recordemos ahora a la famosa Hipatia de Alejandría, maestra, filósofa de la escuela neoplatónica y científica del siglo V. Fue discípula del astrónomo Teon y la primera científica de la cual tenemos constancia en la historia. Hipatia fue pionera en estudios de Álgebra, Astronomía y Geometría y una gran divulgadora. Se le atribuye también la creación del hidroscopio para medir el nivel del agua y del aerómetro, un instrumento que se utiliza para medir las propiedades físicas del aire y otros gases. 

Según los textos sobre  su vida, escritos, como no,  todos por hombres, en el año 415 nuestra protagonista es asesinada cruelmente (la desnudaron y la desollaron viva. Luego sus restos fueron exhibidos por toda la ciudad) por una muchedumbre de cristianos enviados por el obispo Cirilo quien la acusaba de bruja y hechicera. Recordemos que estamos en pleno auge del Cristianismo. Lo cierto es que era mujer, científica y excepcional y además se negó a casarse y a depender de ningún hombre. Ese fue su crimen. Y es que Hipatia era una mujer sabia, admirada y respetada en la ciudad, contando con numerosos discípulos.  Hipatia logró incluso que algunas figuras masculinas de la época resaltasen sus logros, pero su final tuvo que ver con la situación de las mujeres en general en época antigua y más aún de aquellas que se salieron de los modelos y actitudes que se les debían presuponer a las mujeres. Ella representa la negación del patriarcado y de los patriarcas cristianos:  era una reconocida científica por méritos propios y de ideas firmes que se negó a someterse a una religión en la que no creía. Hipatia fue olvidada y el obispo Cirilo canonizado. 

La historia de Hipatia ha llegado hasta nosotras pero ¿Cuántas ha habido como ellas, invisibles, OLVIDADAS?

Por poner algunos ejemplos:  Katherine Johnson, apodada “la computadora humana”, matemática y física estadounidense y una pieza importantísima para el desarrollo del Apolo XI, fijando la trayectoria para su vuelo. Era mujer y afroamericana por lo que sufrió una terrible discriminación a lo largo de toda su vida. A pesar de que su trabajo fue reconocido ¿en qué libro de historia aparecen sus grandes logros?, cuándo se habla del vuelo del Apolo XI y posteriores ¿alguien nombra su trabajo?

 ¿Habéis oído hablar de la física austríaca Lise Meitner?  Pues ella fue la descubridora de la fisión nuclear. Este descubrimiento fue premiado con el Nobel, pero no fue para ella si no para su colaborador Otto Hahn.

Rosalind Franklin, química británica de mediados del siglo XX y la primera persona en desvelar la estructura del ADN ¿La conocéis? Su descubrimiento jamás fue reconocido. Varios de sus compañeros de laboratorio recibieron el Nobel por el hallazgo.

La austríaca Hedy Lamarr, nacida en 1914 es más conocida por su faceta de actriz, jugando el papel que Hollywood había decidido para ella pero cautiva en un matrimonio donde su propia vida no era suya. Como modo de escape, Hedy decidió continuar con sus estudios de ingeniería, que había dejado años atrás para dedicarse a la actuación. Durante mucho tiempo había estado recopilando información sobre el régimen nazi (cercano a su marido) así  ofreció sus servicios al Gobierno de Estados Unidos. Descubrió  que las señales de radio que guiaban a los torpedos de la armada norteamericana eran muy fáciles de interceptar. Así elaboró un sistema de detección de torpedos teledirigidos que era capaz de hacer saltar señales de transmisión entre las frecuencias del espectro magnético. Ese método fue el precursor del wifi y de los sistemas GPS.

Maria Winkelmann-Kirch, alemana de finales del siglo XVII y principios del XVIII, fue la primera mujer en descubrir un cometa que se denominó C/1702 H1. Sin embargo nunca figuró como ayudante oficial y además era esposa de uno de los más famosos astrónomos de Alemania. El descubrimiento le fue atribuido a él si bien unos cuantos años más tarde reconoció que había sido su mujer.

Así, hablando de mujeres invisibles para la historia, podríamos estar escribiendo largo y tendido: escritoras, artistas, inventoras, ingenieras, profesoras…

Es hora, hoy más que nunca, de visibilizar lo invisible. De otorgarles a tantas y tantas mujeres el verdadero papel que han jugado en la historia. Por ello es básico recorrer escuelas, institutos y universidades convirtiendo a  estas mujeres en referentes para nuestras científicas del futuro. Es fundamental escribir una nueva historia en la que todas tengamos cabida, una historia escrita por nosotras y para TODAS. 

Un artículo de @letiberebel escrito el 11 de febrero de 2024

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